El desarrollo tecnológico y militar fueron unos de los pilares de la política nazi. El régimen de Adolf Hitler aspiraba a contar con las mejores armas del mundo, las cuales le dieran una ventaja considerable sobre sus diferentes enemigos.
Para probar algunas de las nuevas armas, se construyó en 1935 un gran campo de prácticas en Hillersleben, un pequeño pueblo al norte de Magdeburgo.
El campo de prácticas de Hillersleben se destinó a la prueba de munición, sobre todo de proyectiles de artillería. Para disponer de espacio suficiente para los disparos, se despejó un área de 700 metros de ancho por 10 kilómetros de largo, lo que obligó a desplazar a la población de tres pequeñas localidades.
Aquí se probaron los mayores cañones que construiría la maquinaria militar alemana, entre los que se encontraban el cañón Dora, el mortero Karl y los cañones que debían alcanzar Londres desde la costa francesa. El propio Adolf Hitler visitó las instalaciones el 25 de Mayo de 1937, quedando impresionado por los resultados de las nuevas armas nazis.
En este acuartelamiento trabajaron un alto número de mujeres, hasta 2.000, algo extraño en Alemania hasta 1943. También se utilizó mano de obra forzada, en concreto prisioneros de guerra rusos y polacos.
Los cuarteles fueron tomados por el ejército estadounidense en mayo de 1945. Tras recabar toda la información posible y llevarse la documentación que consideraron útil, cedieron finalmente el control de las instalaciones al ejército rojo. Tropas soviéticas se acuartelaron aquí hasta su retirada al final de la Guerra Fría.
A día de hoy el área está bajo control militar y se utiliza como campo de prácticas. Muchos edificios originales siguen en pie, pero en condiciones ruinosas.
Cómo llegar al Cuartel y campo de prácticas de Hillersleben
El Cómo llegar al Cuartel y campo de prácticas de Hillersleben se encuentra a pocos kilómetros al norte de la ciudad de Magdeburgo. La única manera de llegar hasta allí es en vehículo privado.