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Estación de Grunewald

Tras la noche de los cristales rotos, el 9 de noviembre de 1938, los judíos alemanes comenzaron a ser marcados y concentrados en lugares concretos de las ciudades alemanas. Los judíos que tenían recursos suficientes habían partido ya al exilio desde la llegada al poder del nacionalsocialismo en enero de 1933. Los que no pudieron pagar su salida del país, acabarían siendo deportados al este del continente europeo.

Fachada principal de la estación.
Axel Mauruszat

En 1941 comenzó la deportación de los judíos alemanes hacia lo que los nazis llamaban «lugares de reasentamiento», un eufemismo para llevarlos a campos de concentración y ghettos en los territorios ocupados en Polonia, Checoslovaquia o la Unión Soviética.

Aunque el objetivo era acabar con su vida, la Gestapo hacía creer a los judíos que se trataba de un reasentamiento en el este, por lo que la gente debía pagar su billete de tren. El precio era de 4 céntimos de marco por kilómetro y persona, por lo que el precio variaba según el destino. Los menores de 10 años pagaban la mitad. Los menores de 4 viajaban gratis. Como equipaje, cada persona tenía derecho a llevar 50 kg de equipaje y hasta 50 marcos alemanes.

Los transportes fueron constantes desde octubre de 1941 hasta marzo de 1945, cuando se produjo el último transporte de judíos desde Berlín.

Acceso al andén 17, lugar de partida de los trenes de deportados.
Axel Mauruszat

Cómo llegar a la Estación de Grunewald

La estación de Grunewald se encuentra al sudeste de la ciudad de Berlín. Para llegar hasta allí, se puede tomar la línea S7 de S-bahn.

Qué se puede ver

Aunque la estación sigue en funcionamiento, se ha creado un memorial en el andén 17, al que se puede acceder libremente. Allí se pueden ver unas placas de acero sobre las vías del tren, indicando los destinos y el número de personas deportadas desde ese mismo lugar.

Vista general del memorial a los judíos deportados.
CC BY-SA 3.0Assenmacher