Durante los últimos compases de la Segunda Guerra Mundial, las SS se encontraban en una encrucijada. Su fanática fe en la victoria les empujaba a seguir luchando y a mantener en funcionamiento toda la maquinaria industrial del régimen a cualquier coste.
En 1945, cuando los aliados habían ya entrado en territorio nacional alemán, se hizo necesario el transporte de prisioneros de unos campos de concentración a otros, con el objetivo de seguir utilizando esa mano de obra esclava hasta el final.
Por todo el país se produjeron decenas de marchas de la muerte, donde los prisioneros eran transportados en largas columnas en condiciones infrahumanas por las tropas de las SS. Miles de personas fallecieron inútilmente en estas numerosas marchas, las cuales siempre acababan con la intercepción de la columna por parte de tropas enemigas, o con el exterminio de todos los prisioneros por parte de las SS.
El 13 de abril de 1945, la pequeña población de Gardelegen pudo presenciar uno de estos episodios inhumanos. El día anterior habían coincidido a pocos kilómetros de la localidad varios transportes provenientes de campos de concentración exteriores de Neuegamme y Mittlebau-Dora.
Los prisioneros habían llegado en tren hasta ese punto, pero debido a que las líneas estaban cortadas, deberían seguir a pie. El día 13 llegaron a Gardelegen. Una vez allí, las tropas de las SS decidieron encerrar a los prisioneros en un gran granero a las afueras de la población con el objetivo de asesinarlos.
Para llevar a cabo la matanza, se cerraron todas las puertas menos una y se prendió fuego al edificio con los prisioneros dentro. De esta manera, los que no perecieran por el fuego o por el humo, podrían ser disparados cuando encontraran la salida abierta.
Fallecieron 1.016 prisioneros, mientras que sólo 25 consiguieron sobrevivir. Dos días después, las tropas estadounidenses de la 102 División de infantería llegaron al lugar y atraparon a 20 de los perpetradores, a los que se ejecutó inmediatamente.
En 1946 se levantó en el lugar de la masacre un primer memorial en recuerdo a las víctimas. Éste ha sufrido numerosas reformas a lo largo de los años. A día de hoy existe un moderno memorial, con espacios expositivos en este lugar, el cual vale la pena visitar.
Cómo llegar al lugar de la Masacre de Gardelegen
Gardelegen es una pequeña población situada al norte de la ciudad de Magdeburgo. La mejor manera de desplazarse hasta allí es hacerlo en vehículo privado.