Las mujeres jugaron un papel muy importante en la Alemania nazi. El régimen nacionalsocialista les otorgaba un papel por detrás de los hombres. Debían ser madres fértiles que proporcionasen al Reich alemán nuevos soldados con los que conquistar el mundo. Aunque las mujeres en la Alemania nazi no ostentasen posiciones públicas relevantes, eso no significa que no tuviesen poder e influencia. y el puesto femenino más codiciado era el de esposa de Adolf Hitler y primera dama del tercer Reich.
Las relaciones sentimentales del joven Adolf Hitler
Adolf Hitler creció en la ciudad austríaca de Linz. Hitler era el hijo de un anciano funcionario de aduanas austro-húngaro que se había casado en segundas nupcias con su prima. Según relatan los que lo conocieron en su adolescencia, Hitler nunca tuvo novia en aquella época. Era tímido y retraído y le costaba estar en presencia de mujeres.
Stephanie Isak
El primer amor de Hitler fue la hija de un alto cargo del gobierno llamada Stephanie Isak , a la que no se atrevió a acercarse. Fue una relación platónica, en la que Hitler le escribía poemas y cartas de amor. Stephanie era el prototipo de mujer que se repetiría en los amoríos de Hitler con posterioridad: alta, rubia e inalcanzable. Su último contacto fue una carta anónima que Hitler mandó a Stephanie diciendo que se marchaba a Viena para ingresar en la escuela de Bellas Artes y que cuando regresase a Linz se casaría con ella. Hitler nunca regresó.
Charlotte Lobjoie
En 1914 estalló la guerra y Hitler, de 25 años por aquel entonces, se enroló en el ejército imperial alemán. Combatió en Francia durante cuatro años, donde se le conoce otra relación sentimental, en este caso con una francesa. En 1916 su regimiento fue destinado a la pequeña población de Fournes-en-Weppes, al norte de Arras, cerca de la frontera sur de Bélgica.
Décadas después del final de la guerra, una mujer llamada Charlotte Lobjoie aseguraba que había conocido a Hitler en aquella época. Existe incluso un supuesto retrato de ella vestida de campesina y que el propio Hitler habría pintado. Aunque es posible que Hitler realizara el retrato, ya que en la firma se puede leer Adolf Hitler 1916, no está confirmada su autenticidad.
El asunto más controvertido de la supuesta relación entre Hitler y Charlotte Lobjoie es la posibilidad de que su hijo Jean-Marie Loret fuera hijo carnal del propio Hitler. Charlotte quedó embarazada en junio de 1917. En aquel entonces vivía en el pueblo de Montigny. Según el diario del regimiento de Hitler, él se encontraba en esa zona en aquella época. Jean-Marie nació el 25 de marzo de 1918. Él aseguraba que su madre le había confesado justo antes de morir que su padre era el propio Adolf Hitler. A pesar de haber reunido pruebas al respecto, éstas no fueron concluyentes. Jean-Marie falleció en 1985 sin haber podido demostrar que su padre era el Führer de la Alemania nazi.
Las relaciones del Hitler político
Tras la derrota de Alemania en la primera guerra mundial y sobre todo tras la aplicación del tratado de Versailles, que dejaba a Alemania hundida y humillada, Adolf Hitler se prometió a sí mismo restaurar el orgullo alemán desde la política. Para ello ingresó en 1919 en el recién nacido Partido Obrero Alemán, el cual se refundaría al año siguiente como Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores alemanes. Desde ese momento y hasta 1945 su preocupación principal fue la política.
Maria Reiter
A pesar de estar centrado en devolverle la grandeza a Alemania, Hitler continuó con sus escarceos amorosos. Durante los años 20 Hitler veraneaba en la pequeña población alpina de Berchtesgaden. En ese ambiente burgués y de alta sociedad conoció a su siguiente amor, una mujer llamada Maria Reiter, a la que llamaban cariñosamente Mitzi. Hitler se la cruzó en un paseo por los Alpes en septiembre de 1926 y se enamoró de ella cuando María contaba sólo con 16 años de edad.
Aunque Hitler se enamoró de ella, Maria no tenía ningún interés en Hitler. Según le dijo a su madre, no soportaba a «ese hombre con esa estúpida mosca debajo de la nariz», haciendo referencia a su bigote. También creía que era demasiado mayor para ella.
Sin embargo la apreciación de Mitzi sobre Hitler cambió cuando éste la invitó a verle en acción durante el congreso del partido nazi. Después de ver a Hitler como un líder en una sala llena de seguidores exaltados, Maria quedó impresionada. Cuando Hitler vio a Maria en la sala, cortó el discurso, la llevó a una mesa y después volvió a la palestra para continuar con la alocución. Maria contaba con 16 años en aquel momento. Seguramente el ser reconocida en público a tan tierna edad fue lo que le cambió su parecer sobre Hitler, el cual se demostraba como el líder de toda aquella gente.
Aunque mantuvieron la relación durante un tiempo, la relación se rompió por la intervención de la familia de María. Mitzi había quería tener hijos desde pequeña, pero le confesó a su madre que se había esterilizado por orden de Hitler, que no deseaba tener descendencia. La familia hizo llegar una carta anónima al partido nazi amenazando con denunciar a Hitler a la policía por establecer una relación con una menor. Hitler decidió apartarse de la chica con el objetivo de no provocar un escándalo que acabase con su carrera política.
La relación terminó con un intento de suicidio de Maria, la cual no soportaba pasar tantos meses sin poder ver a Hitler. Como prueba de la relación quedan los testimonios de la época y las cartas de amor que se intercambiaron durante el corto periodo que duró el romance.
Winifred Wagner
A pesar de que Hitler había declarado públicamente en varias ocasiones que no deseaba casarse, sí que le propuso matrimonio a una mujer en dos ocasiones sucesivas. Winifred Wagner era una aristócrata inglesa esposa del hijo del compositor Richard Wagner, Sigfrid. Cuando Winifred enviudó, Hitler le propuso matrimonio en 1930 primero y en 1933 después, siendo rechazado en ambas ocasiones.
La obsesión de Hitler por Wagner se remontaba a su etapa de estudiante en Viena. Allí frecuentaba la ópera de la capital austriaca, a donde acudía siempre que hubiera una representación de Wagner. Hitler realmente admiraba a Wagner, pero también sabía que era un apellido estrechamente relacionado con el nacionalismo alemán y la alta burguesía bávara.
Cuando Hitler le propuso matrimonio, ella le respondió que sí, pero sólo si Hitler ocupaba un alto cargo público. Cuando Hitler llegó al poder en 1933, ya no necesitaba el prestigio de Winifred, por lo que la relación se rompió. La unión de los apellidos Hitler y Wagner podrían haber dado un impulso al movimiento nazi, pero el matrimonio nuca se produjo.
Geli Raubal
El siguiente amorío de Hitler fue su propia sobrina. Geli era la hija de la hermanastra de Hitler, Angela. Geli fue enviada a Munich junto a su tío Adolf para que éste fuera su tutor y así poder estudiar y relacionarse con la clase alta muniquesa. Geli era muy joven e impresionable cuando se trasladó a Munich, contaba tan solo con 19 años de edad. Había perdido a su padre cuando era una niña, así que tomó a Hitler como figura paterna.
Geli pronto empezó a aparecer en las reuniones de Hitler con otros miembros del partido. Las personas que la conocieron la describen como una persona muy dulce y atenta, la cual se convertía pronto en el centro de atención. Geli no era especialmente atractiva, pero tenía carisma, al igual que su tío. Aunque Hitler la amaba en secreto, Geli no sentía eso por él.
Geli se fijó en el chófer personal de Hitler, Emil Maurice, un joven y guapo veterano del partido nazi. Según se desprende de la correspondencia que se ha conservado, ambos mantenían una relación en 1928. Cuando Hitler se enteró de que Geli tenía una relación con su chófer e incluso que tenían planes de boda, despidió a Emil. Además consiguió alejarle de ella con la amenaza de desvelar que había antepasados judíos en su familia, algo intolerable para un miembro de las SS.
Hitler trató desde ese momento de conquistar a su sobrina con lujo. Le compraba vestidos caros, la llevaba a la ópera y la invitaba a cenar a restaurantes exclusivos. A pesar de todas estas atenciones, Geli vivía como una prisionera, ya que no podía hacer nada sin el permiso expreso de su tío. En 1931 Geli ya no pudo soportarlo más y se suicidó el 19 de septiembre.
Magda Goebbels
Al poco de fallecer su sobrina Geli, Hitler se acercó a una rica viuda. Magda Quandt vivía en Berlín en con su hijo en un lujoso apartamento. Por aquel entonces Magda ya era la amante de Joseph Goebbels, su futuro marido. Goebbels presentó a Magda y Hitler en agosto de 1931. Según se recoge en el diario de Joseph Goebbels, existía una atracción mutua entre ambos que ponía celoso al futuro ministro de propaganda de la Alemania nazi.
A pesar de esa mutua atracción, Hitler animó a Goebbels a casarse con Magada. El matrimonio se formalizó en diciembre de 1931 siendo Hitler testigo e invitado de honor a la boda. Tras la llegada al poder de los nazis en Alemania, Magda ejercería como primera dama de la Alemania nazi, ya que Hitler estaba oficialmente soltero y la esposa de Hermann Goering falleció al poco tiempo de ocupar los nazis el poder.
La admiración de Magda por Hitler nunca desapareció. Como mujer del movimiento nazi, tuvo 6 hijos, a los cuales puso nombres que empezaban por H, en honor a Hitler. Magda acabó sus días en el bunker de Berlín. Según le dijo a uno de los SS allí presente, «no merecía la pena vivir en un mundo sin nacionalsocialismo».
Eva Braun
Eva Braun fue la última relación de Adolf Hitler. Hitler la había conocido en el estudio de su fotógrafo personal, Heinrich Hoffmann, donde Eva trabajaba como ayudante de laboratorio. Pronto entablaron una relación secreta tras la muerte de Geli Raubal en 1931. Eva tenía 20 años y Hitler 43.
La posición de Eva se fortaleció tras su intento de suicidio en 1935. Ante la falta de noticias del Führer durante dos meses, Eva se tomó 35 pastillas para dormir, pero el intento falló. A partir de ese momento, Hitler le prestó más atención. A pesar de ello Eva trató de suicidarse una segunda vez. Tras ese segundo intento Hitler instaló a Eva en su casa de Obersalzberg, en los Alpes bávaros. Aunque invisible al público, Eva se convirtió en la señora de la casa.
Eva Braun fue la única mujer que consiguió lo que otras tantas habían anhelado, convertirse en la esposa de Adolf Hitler. cuando la guerra ya estaba perdida, Hitler le concedió el matrimonio a Eva Braun. La boda se celebró en el bunker de la cancillería de Berlín en 29 de abril de 1945. Al día siguiente ambos cónyuges se suicidaron.
