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Le Havre era un quebradero de cabeza para la estrategia de los aliados, porque estaba situada en la retaguardia y en los flancos de sus ejércitos al mismo tiempo. Los británicos decidieron forzar la rendición de la guarnición alemana.
El general Crocker llegó a Le Havre con la orden de tomar rápidamente el puerto, aunque contaba con unos medios limitados de tropas terrestres. Enfrente tenía al coronel alemán Wildermuth, un ferviente nacionalista alemán. Sin embargo el comandante de una guarnición estaba obligado a jurar ante Hitler que resistiría mientras le quedasen hombres.
El camino hacia Le Havre
Las tropas aliadas acababan de poner el pie en las playas de Normandía. A mediados de julio de 1944 cientos de hombres se enfrentaban a los alemanes, que intentaban resistir a la apisonadora. Luchaban en los campos y en las ciudades normandas. Rouen, Cherburgo y Caen cayeron tras unos combates que causaron la muerte de miles de civiles y militares.
Todo sucedía demasiado deprisa. Hasta tal punto, que muchos estrategas pensaban que ganarían la guerra antes del final de 1944. Pero el avance aliado era tan rápido que muy pronto surgieron problemas de abastecimiento. Sin carburante, los tanques del general George Patton se detuvieron en seco en los arcenes de las carreteras francesas.
El comandante aliado necesita nuevas bases en la costa normanda por donde transitara el aprovisionamiento. El lugar escogido fue el puerto de Le Havre. Una decisión que tendría fatales consecuencias para la ciudad.
El encargado de liberar Le Havre era el general John Crocker. Apodado «honesto John» por sus profundas convicciones religiosas y su integridad moral. Taciturno y discreto, era el polo opuesto a los generales arrogantes como Patton o Montgomery. Había sido condecorado por sus actos heroicos durante la primera guerra mundial.
En 1940 fue considerado como uno de los mejores estrategas en la utilización de carros de combate. En el verano de 1944 Montgomery le confió la toma de Caen. La conquista de la ciudad normanda fue interminable. La batalla se anunciaba rápidas sin embargo hubo que esperar seis semanas y hasta cuatro ofensivas para conquistar la ciudad. Crocker perdió 3.500 hombres.
Festung Le Havre
Cuando se encomendó la toma del puerto de Le Havre al general Cocker, se planteó como una conquista rápida y fácil, por lo que se asignaron unos medios materiales limitados. Sin embargo, el puerto de Le Havre se había convertido en un Festung, una ciudad altamente fortificada, parte del Muro Atlántico de la Alemania nazi.
La ciudad estaba defendida por una gran cantidad de artillería pesada y una guarnición de miles de soldados. Al mando, el comandante Hermann Wildermuth, un exbanquero y político, simpatizante del régimen nazi desde mediados de los años 30. Wildermuth era un coronel con experiencia en combate. Se había destacado en la rápida campaña de Yugoslavia de 1940.
Su comportamiento de militar diligente, muy eficaz, no pasó desapercibido durante la guerra. Hitler le puso al mando de la guarnición de Le Havre en julio de 1944, con la orden de destruir el puerto y mantener la fortaleza a cualquier precio.
Para cumplir el juramento hecho al Führer de la Alemania nazi y luchar hasta la muerte, el coronel Wildermuth contaba con una guarnición de 12.000 hombres, los cuales fueron especialmente entrenados para los combates que se les esperaban.
Por la propaganda de Vichy y de los aliados, los habitantes de Le Havre sabían que los aliados estaban en Francia desde el 6 de junio. Pero en la ciudad no había cambiado nada. Los havreses seguían bajo el yugo alemán, que no daba ninguna muestra de debilidad.
El bombardeo del 12de junio
El 12 de junio de 1944 Le Havre fue bombardeada por la fuerza aérea británica. No era la primera vez que los aliados bombardeaban esta plaza fuerte alemana, pero nunca lo había hecho con tanta intensidad.
Las dársenas del puerto, donde varios destructores y submarinos alemanes estaban amarrados fueron alcanzadas. La marina de guerra alemana sufrió daños considerables, pero la parte más castigada fue el casco urbano, donde durante días se tuvieron que retirar escombros y enterrar cadáveres de civiles muertos por el bombardeo.
Pero, ¿cuál fue el objetivo del bombardeo de junio? ¿Preparaban los aliados un desembarco inminente en Le Havre? En realidad, le bombardeo de junio tuvo un objetivo puramente militar: la base de anchar rápidas torpederas. Estas lanchar rápidas alemanas habían hostigado a la marina inglesa desde 1940 en el canal. Eran vistas como una amenaza seria para las embarcaciones de transporte aliadas, por lo que su destrucción era prioritaria.
Los británicos destruyeron la base naval alemana. Luego, los mismo alemanes sabotearon el puerto a lo largo del verano para impedir que los aliados lo utilizaran. Los bombardeos provocaron la huida de una parte de la población. La ciudad tenía 150.000 habitantes. Se calcula que en estas fechas la población se redujo hasta los 50.000 habitantes.
La preparación del asalto
Durante el verano y a pesar de cada vez eran mayores los problemas de abastecimiento, los aliados prosiguieron con su avance. Liberaron Paris entre júbilos el 26 de agosto de 1944. Le Havre seguía siendo una prioridad. La ciudad ya se encontraba completamente cercada por las tropas británicas.
El domingo 3 de septiembre de 1944 se celebró una reunión crucial en la sede del primero ejército británico al norte de Le Havre. El general Crocker reunió a los oficiales británicos y canadienses para preparar el ataque. Sólo contaba con dos divisiones para apoderarse de la ciudad.
Crocker era consciente de que el asalto por vía marítima era imposible porque las defensas de la playa eran relativamente fuertes. Él sabía, al igual que Wildermuth, que la ofensiva debía venir fundamentalmente del norte y del nordeste, precedida de un bombardeo masivo.
El bombardeo parecía ser la estrategia perfecta. Evitaba la intervención directa y metería el miedo en el cuerpo a los alemanes. Todas las informaciones indicaban que estaban al límite. Con suerte, la simple amenaza del bombardeo bastaría para doblegarlos.
Los británicos disponían de un mapa de la ciudad dibujado por miembros de la resistencia francesa en el que se detallaba el sistema de defensa enemigo. Representaba una ciudad muy bien defendida. Fortificaciones y baterías de artillería al oeste. Fosos y campos de minas al este. En total 77.000 minas y 430 bunkeres.
Pero había algunos errores. Los servicios de inteligencia estimaban que la guarnición contaba con 8.000 hombres. En realidad, eran 12.000.